¡Hola David!
Los bebés son físicamente diferentes a los adultos; sus proporciones corporales no se parecen a las nuestras. Tienen la cabeza mucho más grande en proporción a su cuerpo, por lo que no necesitan una almohada para dormir. De hecho, descansan mucho mejor sobre una superficie plana. Además, el cuello de los bebés es muy corto, así que, si les pusiéramos una almohada, su cabeza quedaría inclinada hacia adelante. Esto podría causar una compresión de las vías respiratorias y una mala postura, lo que podría derivar en problemas de desarrollo.
Existen algunos tipos de almohadas que los bebés sí pueden usar, como las cuñas o los cojines antivuelco, pero esto depende de las necesidades específicas de cada bebé.
¿Cuál es la edad recomendable? A partir de los dos años, los niños pueden empezar a utilizar almohada para dormir. En este momento, la proporción entre la cabeza y el tronco ha cambiado, y se sienten más cómodos usando una almohada. Eso sí, es importante que sea mullida y de poca altura para que puedan respirar cómodamente.
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