Falsas esperanzas

Coincido totalmente con lo que apunta Roberto. Es más, en ese tipo de reuniones el público suele ser de una edad bastante elevada y se aprovechan de impresionabilidad de nuestros mayores para intentar endosar producto que dan muy mal resultado.

No se trata de que te estén regalando una vajilla o una cubertería con la compra del colchón, sino que realmente, con lo que estás pagando por ese producto, pagas de sobra el regalo que te dan.